05 noviembre 2020

Estás aquí

El misterio del universo está escrito en libros negros cosidos a las estrellas y nadie los puede leer. Las letras ingrávidas están esparcidas por el cosmos. Es de noche en la llanura, todo está a oscuras, sólo hay luz en la hoguera. Reina el silencio, el fuego crepita. Hombres y mujeres descansan sobre pieles en el suelo y observan el firmamento.

Dicen que el ser humano se diferenció de los primates porque desarrolló la lógica y la razón. También se dice que lo que nos hace diferentes del resto de especies son las emociones. Otros defienden que ser capaces de crear un sistema de comunicación complejo como el lenguaje inició la verdadera evolución. Incluso algunos defienden que somos superiores porque sólo nosotros tenemos alma. En mi opinión todas estas tesis son discutibles.


El ser humano se cuestiona los orígenes del universo, de la vida en la Tierra y de la propia humanidad, las cosmogonías elaboradas por los distintos pueblos se preguntan y dan respuesta al gran misterio. Para mí esto es lo verdaderamente intrínseco al ser humano y lo que nos separa del resto de especies. Aunque tampoco tengo pruebas para demostrarlo. 

Cosmogonía deriva del griego y significa "nacimiento del mundo". Las cosmogonías son relatos y mitos presentes en todas las civilizaciones. Parten de un caos originario, cuyos elementos se agrupan y se ordenan gracias a la intervención de fuerzas sobrenaturales o divinidades. Pretenden establecer una realidad, construyendo la percepción del universo y explicando el origen de la humanidad y la naturaleza. Dan respuesta a la necesidad de concebir un orden físico y metafísico permitiendo al ser humano sostener el caos y la incertidumbre, a la vez que cohesionan la identidad del grupo.

La forma de este libro de artista también alude por un lado a la construcción de torres -que encontramos en todas las civilizaciones desde la antigüedad- con las que el ser humano pretende acercarse a la divinidad, por otro lado alude al rollo, a la acción de enroscar un documento como la forma más antigua y universal del libro, y finalmente nos recuerda la manera que tiene el firmamento de girar y girar.

"Habrás advertido que todo lo que hacemos los indios tiene forma de círculo, y es así porque el Poder del Mundo siempre trabaja en círculo y todas las cosas tienden a ser redondas. El firmamento es esférico, y he oído que la Tierra es redonda como una bola y que las estrellas también lo son. El viento en su mayor magnitud da vueltas. Los pájaros hacen sus nidos en forma de círculo. El Sol aparece y desaparece describiendo un círculo en el cielo, la Luna hace lo mismo y ambos son redondos. Incluso las estaciones, en sus metamorfosis, describen un gran círculo y retornan siempre a su punto de partida. La vida humana es un círculo desde una infancia a otra y así es, en todas partes dónde se mueve esta energía.” Alce Negro – Hombre medicina sioux

FICHA TÉCNICA 

Edición de 20 ejemplares numerados y firmados por la artista
*140 x 15 cm de cartulina negra 240g
*Agujeros 
*12 constelaciones de hilo 
*12 pequeños libros negros cosidos a mano
*Letras negras estampadas
*Se expone enroscado (y eventualmente con pequeña luz en el centro)

EJEMPLARES DISPONIBLES EN LA TIENDA
Se entrega dentro de un tarro de cristal y con una vela


17 mayo 2020

Ya no

Mucho tiempo ha pasado desde que me senté, con tiempo suficiente, para pensar en un libro de artista. Ahora, gracias al confinamiento forzado por la alarma sanitaria, he tenido bastante tiempo y he podido enfocarme en la creación de un libro, digámoslo así, distinto.


Empiezo contándote que en Instagram puedes encontrar una comunidad de creadores de libros de artista arropado por Sarah Maker de Editions Studio. En enero de 2017, bajo el perfil @areyoubookenough, esta encuadernadora e impresora de Seattle lanzó un reto mensual que consiste en llevar a cabo un libro con la única condición que se ajuste a un tema propuesto. Cada mes participan distintos creadores que, bajo un mismo concepto, trabajan desde distintas disciplinas afines al papel y al libro. Para el mes de abril de 2020 el tema fue Máquina.

Todo lo que se ocurría sobre el tema era demasiado complejo, no tengo las habilidades para hacer engranajes de papel por ejemplo. Además quería alejarme un poco de lo obvio, de mecanismos, ruedas dentadas y máquinas propiamente. Admito que lo intenté, y lo abandoné, no me enamoré de esas ideas, eran como callejones sin salida.
Fui a buscar un mecanismo muy simple. Hay un artilugio muy sencillo, el sacapuntas, que en mi idioma lo llamamos maquineta, y ¡oh! ese fue el punto de partida. Para el contenido tenía muy claro que quería incluir poesías de la escritora uruguaya Idea Vilariño, y en concreto tratar por un lado el tema del deseo que podemos sentir por alguien, la pasión que nos puede despertar pensar en la persona deseada, y por el otro el sufrimiento que nos puede generar esa misma persona, su ausencia, su indiferencia, el desasosiego que os produce no tenerla a nuestro alcance.

Ver el sacapuntas como una máquina destructora, como algo que tiene la capacidad de modificar el estado de un cuerpo, el lápiz, y de transformarlo en algo que desechamos, el residuo, me dio la clave para convertir todos estos elementos en una obra metafórica. A partir de ahí convertirla en un libro de artista consistiría en plasmarla sobre papel y ese papel tratarlo como contenedor y a la vez como contenido del mensaje. 

Vilariño tuvo una relación atormentada con el también escritor, J.C. Onetti. Fueron amantes, se atraían extremadamente y al mismo tiempo su relación era imposible. Cada uno de los cuatro lápices contiene uno de sus poemas de sobre el deseo por el otro y el goce de estar juntos, y puede leerse al girar el lápiz imitando el gesto que hacemos al afilar su punta.
Afilamos el lápiz y el sacapuntas va produciendo un desecho. En ese residuo encontramos el desgarrador poema Ya no. Ahí sus palabras no son una mera despedida, van más allá, son una toma de conciencia de lo que verdaderamente no va a suceder entre ellos, la vida en común. Y son aquellas preguntas que nos hacemos, que nos torturan, y que jamás van a obtener respuesta.   

El deseo es afilado, puntiagudo, se dirige hacia un objetivo. Pincha, es duro, tieso, firme, apunta hacia alguien. La pasión es un impulso incisivo, es palpable. Es un cuerpo limitado, sostenido y definido. Es siempre menguante.

El sufrimiento es enroscado, se desparrama, es amorfo. Cuelga, se quiebra, es irreparable. Es un desecho ilegible del deseo, un residuo triturado de la pasión, descompuesto e ilimitado. Es un ente incontenible, extensible, desasosegado.


¿Qué ocurre entre un sentimiento y el otro? ¿Qué mecanismo opera entre el goce y la desazón? A veces es el tiempo, o la distancia, la indiferencia, el abandono, la incompatibilidad...

Ficha técnica
Los lápices, de papel rojo 100g para reforzar la metáfora, están construidos manteniendo la habitual sección hexagonal. De modo que todos tienen 6 caras donde se inscriben los poemas El encuentro, Entre, El amor y El olvido.
El residuo es una larga tira de papel reciclado marrón 110g, doblada en acordeón-espiral para que se enrosque sobre si misma imitando el comportamiento de la madera del lápiz al pasar por la cuchilla del sacapuntas, con el poema Ya no
Sacapuntas de madera.
Estuche contendor de cartulina kraft 600g, diseñado y hecho a medida 19 x 7'5 x 3 cm.
Edición de 25 ejemplares numerados y firmados por la artista.
EJEMPLARES DISPONIBLES EN LA TIENDA