Estamos llegando al final del proceso de restauración de nuestro libro
Officia Sanctorum (1773) y eso significa que los pasos de hoy serán reordenar las hojas por cuadernillos, ordenar los cuadernillos según el lugar que les corresponde, eliminar el papel japonés sobrante de las reparaciones y prensar los cuadernillos para reducir el grosor y esponjosidad que ha adquirido durante estas semanas.
Pero no podemos acabar sin ver cómo llevar a cabo una laminación. Es un procedimiento que consiste en aplicar un soporte de papel japonés sobre todo el documento usado en papeles muy frágiles y quebradizos que de no ser por la laminación no podríamos manipular sin riesgo. Hemos visto dos tipos de laminación: con prensa y sin prensa.
antes de laminar la hoja de papel tenemos que ver si hay zonas perdidas o rasgados y proceder a su reparación, en esta imagen podemos ver un trozo de papel japonés que será injertado en una esquina del papel original
cuando tenemos las reparaciones hechas procedemos a la laminación empezando por humedecer la hoja con un spray (agua) para que dilate y la ponemos sobre un reemay que tendrá que ser un poco mayor (ponemos la hoja boca abajo para que luego el japonés quede detrás)
colocamos una lámina de papel japonés algo mayor sobre la hoja (como ya hemos dicho por detrás) y aplicamos una generosa capa de cola tylosa
con mucho cuidado estiramos las arrugas que van apareciendo debido a la dilatación del papel
ahora tiene que ir a la prensa entre papel secante (3 o 4 tanto abajo como encima) y entre maderas,
lo prensamos muy fuerte y en pocos minutos tendremos que retirarlo para cambiar los secantes, que enseguida quedan húmedos, para volver a dejarlo en prensa un buen rato
cuando lo sacamos por segunda vez de la prensa vemos como la rápida acción absorvente de los secantes ya nos permite levantar el reemay con facilidad, aunque a veces hay algún punto donde es más difícil separarlo del papel y es por eso que no hay que confiarse y proceder con cautela,
si todavía notáramos que queda algo de humedad lo devolvemos a la prensa con los secantes
así de liso y fuerte quedó en apenas una hora
(el papel japonés que sobresale lo cortamos con bisturí y regla)
lo normal es no tener una prensa en casa así que si os animáis a hacer una laminación existe otro modo de poder llevarla a cabo, no es tan rápida pero queda igual de bien, eso sí tenéis que tener una tabla madera con chapa de melamina.
antes de proceder a la laminación debemos hacer las reparaciones pertinentes igual que en el caso de laminación con prensa.
lo primero que hay que hacer es dar una capa de tylosa a la madera para que el japonés quede pegado (antes habrá que humedecerlo un poco con el spray)
con las palmas de las manos estiramos las eventuales arrugas que pudieran aparecer en el japonés, humedecemos también la hoja que queremos laminar y la colocamos sobre el japonés (el japonés quedará en la parte trasera de la hoja)
de nuevo estiramos las posibles arrugas y eliminamos las burbujas llevando el aire con mucha delicadeza hacia los bordes, es importante el mimo ya que sabemos que el papel húmedo es especialmente frágil
ya podemos dejar la madera en un sitio aireado hasta mañana
ahora podemos dedicarnos a rearmar nuestro libro tal como estaba en su origen, para esto nos será de mucha ayuda recuperar el mapa que nos hicimos el día que lo desmontamos
lo primero que hacemos es hacer pequeñas pilas por cuadernillos (en los libros antiguos en el pie de la primera hoja de cada cuadernillo encontramos una letra mayúscula del abecedario, en la imprenta esto facilitaba ordenarlos para poder coserlos) (creo que si amplias esta foto se consigue ver la signatura o letra)
aquí tenemos el libro apilado por cuadernillos y procedemos a doblarlos por la mitad, para ello debemos asegurarnos que las hojas están bien colocadas y suele ayudar el hacer coincidir las esquinas de todas las hojas que forman el cuadernillo
doblamos por el centro y con la plegadera repasamos bien el doblez
aquí los tenemos ordenados alfabéticamente, en este libro como es tan extenso nos encontramos que hay una segunda vuelta al abecedario (en este caso en minúscula -a-) y el apéndice viene con una combinación de mayúscula con minúscula (Aa)
ahora vamos a eliminar aquellos trocitos de papel japonés que sobresalen
ya sea con tijeras o regla y bisturí
ya llegamos al final... solo nos queda prensar el libro para eliminar esa esponjosidad que ha ido adquiriendo durante el proceso de restauración... ups! mide 7'5cm de grosor
lo partimos en tres partes más o menos iguales intercalando maderas
y lo dejamos en prensa fuerte durante 24 horas asegurándonos que el conjunto queda bien centrado para que reciba una fuerza homogénea
al día siguiente al sacarlo de la prensa el grosor del lomo mide 3'5cm,
ha disminuido considerablemente
por cierto.. ¿cómo estará la laminación que dejamos en la madera?
con una plegadera rascamos un poco el japonés por una esquina y vamos levantando la hoja laminada
lo cierto es que ofrece muy poca resistencia, casi se despega sola, ha quedado genial
adiós a nuestro libro, ahora toca encuadernarlo, pero eso será en otro curso..
la próxima semana será nuestro último encuentro, esta vez en un entorno distinto al habitual..